El traje del periodista

Por Gabriel Fernández
Gerente periodístico de Télam
Director de La Señal Medios

En su edición del domingo 14 de noviembre, el diario Perfil ofrece un texto titulado "El traje de Néstor". El artículo, que arranca con imprecisas consideraciones sobre la vestimenta de El Eternauta, sigue con opiniones de Horacio Verbitsky sobre la actualidad política y concluye con las denuncias por presuntas coimas en el Congreso, intenta menoscabar las columnas de opinión planteadas en la Agencia Télam.

Lo hace sin citas contextuadas de los artículos y sin mención de los autores. Evalúa que se trata de "notas de pésame y militantes voces de aliento". A decir verdad, el muy autovalorado autor se refiere a dos series de reflexiones elaboradas por Norberto Galasso, Rubén Dri, Lido Iacomini, Teodoro Boot, Néstor Gorojovsky, Julio Fernández Baraibar, Sergio Fernández Novoa, Martín García, entre otras figuras del
pensamiento nacional y popular.

Esas columnas de opinión, en verdad insólitas para una agencia de noticias, enorgullecen esta gestión periodística por ofrecer una calidad y una profundidad que seguramente también se encuentran en los productos de la Editorial Perfil, que publica las revistas Hombre y Noticias, por ejemplo. Las notas de nuestros columnistas permiten, en medio del diario flujo de noticias, entender un presente complejo.

Tienen además, la honradez de situarse en un perfil, para usar adecuadamente la palabra. No niegan la filiación nacional y popular; se diferencian así de quienes se presentan ante el público como periodismo puro, cuando en verdad alientan un lineamiento editorial liberal-conservador. Cabe recomendar la lectura de "Los profetas del odio" de Arturo Jauretche para comprender la importancia de "avisar" al lector.

Pero este sutil cuestionamiento sin citas y sin nombres, nos permite algunas observaciones de fuste. Antes de arribar a la orientación periodística de Télam, recibimos variadas evaluaciones negativas sobre la calidad profesional de los trabajadores de prensa aquí nucleados. Una vez andando la redacción, hallamos un panorama ciertamente diferente. Y corroboramos la ineficacia del prejuzgamiento.

Si bien hacía falta ordenar aspectos de la producción periodística, y aunque es preciso seguir mejorando los materiales cotidianos, encontramos un plantel de alta calificación profesional y va sta volu ntad de trabajo. Hallamos plumas certeras y capacitadas que dignifican la profesión sin sentirse por encima de nadie. Y potenciamos una producción importante, que puede corroborarse en el servicio diario.

Télam está ofreciendo en estos tiempos un servicio informativo de buena calidad, un volumen de información por sección realmente elevado y un detalle en la elaboración de los materiales que no amerita la descalificación de quienes, sin leerlo, la cuestionan automáticamente por tratarse de una empresa del Estado.

A diferencia de otros productos, nuestros encabezados sólo prometen
lo que emerge dentro del artículo.

Para preocupación de quienes se inquietan ante la competencia, el servicio de esta agencia seguirá creciendo, y las opiniones de los pensadores nacionales y populares seguirán apareciendo. Las consideraciones de lectores y medios de todo el país recibidas sobre nuestros materiales en el último mes, nos impulsan a profundizar un camino que busca informar con precisión y analizar con detenimiento.

Es decir, el autor de la nota de Perfil, Edi Zunino, seguirá hallando en Télam textos de Galasso o Dri, por ejemplo. y tendrá la posibilidad, desde el lineamiento editorial de su medio, de situarse por arriba, ironizando sobre sus contenidos.

Difícil tarea, sin duda, la de polemizar en serio con esos hombres de la cultura argentina.