Paso, octubre, nuevo gobierno. La realidad es el Todo

Por Gabriel Fernández *

Vamos equilibrando las polémicas, a ver si al menos, podemos tomar en cuenta los variados factores que configuran la vida. Numerosos compañeros pegan con furia sobre Scioli; otros con similar energía contra Randazzo.

Insertemos un puñado de elementos para reflexionar: ambos son, desde hace años, funcionarios -en cargos destacados- de este gobierno. Declaración más, reunión menos, ninguno se salió del esquema planteado por el oficialismo.

Luego: si la presidenta instó directamente al resto de los precandidatos a bajarse ("baño de humildad") carece de sentido contrastar su imagen con la de alguno de los dos que quedaron.



La jefa de Estado llega al fin de su gestión con un nivel de popularidad altísimo y con un poder político afiatado. Es difícil, pese al sistema presidencialista -algo para tomar en cuenta- que no haya incidencia kirchnerista sobre el nuevo gobierno.

Asimismo: el decurso nacional se asienta en la presencia estatal, la priorización de inversiones productivas sobre las especulativas, la integración social a través de planes, subsidios, créditos, jubilaciones y paritarias.

El rumbo internacional se caracteriza por un emerger dinámico de los nuevos aliados de la Argentina, tanto en el seno del Unasur como entre los BRICS. Todos los acuerdos multi y bilaterales conocidos resultan moderadamente beneficiosos para nuestro país.

Aunque nadie puede inferir aspectos supervivientes o suicidas en las personalidades de los candidatos, es previsible que ese entorno local y mundial los apremien para continuar un rumbo que ha permitido, justamente, la popularidad de quien lo lidera.

Operar en sentido inverso, aunque tengan "aire" por un tiempo debido al potencial acumulado, puede derivar en un quiebre con grandes masas de la población. Los sucesos de diciembre del 2001 están vivos y pesan sobre los hombros de los muertos que intentan reconstruir el agujero negro liberal.

Nada es seguro, claro. Pero si analizamos los factores polìticos, sociales y económicos que campean en el presente, podemos desdramatizar el debate sobre las PASO, los comicios de octubre y los primeros tramos del gobierno venidero.

La organización social y sindical es una labor interesante en los tiempos que corren. Esa vertebración militante puede desplegarse con varios objetivos: incidir en el debate nacional, proponer mejoras en los planos justos y controlar el período que arrancará en el 2016.

Ninguno de los factores existentes denota una amenaza seria para los intereses nacionales y populares. No está mal debatir con intensidad. Pero si esta realidad en proyección es tomada en cuenta, el tránsito hacia las elecciones puede resultar más liviano.

Y podremos así ocuparnos de refractar las maniobras mediáticas y jurídicas de la desordenada oposición, donde en verdad late el proyecto antinacional. El lugar del mirador, y también el enfoque, cuentan para construir el acierto político.

* Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Grafica FM 89.3